2007/05/21

ADIOS RCTV

Si nos informamos, cambiaría el mal de América Latina, no crees?.

http://video.google.com/videoplay?docid=5888410915664748659&hl=es

Sobre lo que significa ser de izquierda

TAL COMO NOS LO INFORMAN EN EL blog REVOLUCINES


Fernando Sánchez Cuadros
Rebelión y Tlaxcala

“Perdimos, no pudimos hacer la revolución.Pero tuvimos, tenemos, tendremos razón de intentarlo.Y ganaremos cada vez que un joven sepa que no todo se compra,ni se vende y sienta ganas de querer cambiar el mundo.”Envar El Kadri
Hay una pregunta reiterada, por cierto pertinente: “¿puedo luchar para revertir la miseria, el hambre, la injusticia, el abandono, sin ser de izquierda?” La pregunta alternativa y más directa para la discusión podría ser ¿puede alguien de derecha luchar por la justicia social, los derechos humanos y el bienestar humano generalizado o contra la degradación ambiental de manera efectiva?
Creo que estas preguntas no se formularon en el pasado porque las izquierdas tenían ciertas certezas que asumían sin considerar posible siquiera el debate al respecto. Esas certezas partían de una clara división ideológica y política entre derecha e izquierda que tenía como línea de demarcación la postura ante el sistema económico y social imperante, el capitalismo. En ese debate nadie desde la izquierda se planteaba la posibilidad de que desde posiciones de derecha se pudiera ser siquiera solidario, menos aun respetuoso de los derechos humanos o más específicamente de los derechos del pueblo pobre ni defender de la soberanía nacional. Por lo que se asociaba automáticamente a la derecha con posturas que se calificaban de pro-imperialistas y antidemocráticas.
Antes de descalificar esa visión, sería bueno ponerla en contexto. En las décadas de los años sesenta y setenta, incluso en los ochenta, el mundo vivía una polarización detrás de la cual subyacía la Guerra Fría, y en los países subdesarrollados esa polarización se entrecruzaba con otra observable en su existencia como naciones dependientes y sometidas, cuya soberanía era constantemente vulnerada, y las potencias dominantes que las avasallaban. De manera que la izquierda “tercermundista” y latinoamericana, en particular, era necesariamente antiimperialista no tanto por razones ideológicas, que ciertamente estaban presentes, sino por razones de identidad y supervivencia. La izquierda era también anticapitalista, se podría decir que por razones ideológicas predominantemente. Sin embargo, el carácter antisistémico de la izquierda no conducía necesariamente a abrazar las mismas utopías. Un sector de la izquierda era socialista, incluso comunista, pero no había consenso acerca de la naturaleza del socialismo que se proclamaba, ni mayor claridad en cuál sería su contenido programático ni su manifestación como forma de organización de la sociedad. Una serie de experiencias en el mundo de ese periodo, particularmente el conflicto chino-soviético, pero también la irreductibilidad en muchas ocasiones de los diferentes sectores para acometer sus diferencias a la hora de debatir política o ideológicamente hacían irresoluble el debate (irresoluble en el sentido de que condujese a una síntesis que permitiera avanzar como corriente política en la sociedad). Tales son los casos de las múltiples corrientes de izquierda que se autoproclamaban auténticas intérpretes de la expectativa de los pueblos. Ni siquiera había acuerdo en la interpretación de los textos que se consideraban fundamentales en la elaboración de una alternativa de izquierda. Trostkistas, maoístas, prosoviéticos, castristas, guevaristas, entre las más destacadas, se disputaban el campo del socialismo y el comunismo. Si a este conjunto de corrientes se agregaran las de inspiración socialdemócrata, el ámbito se tornaba aún más complejo. Sin embargo, si algún consenso había entonces entre la izquierda radical era que la socialdemocracia en el mejor de los casos podría ser considerada progresista en el mundo desarrollado.
En el marco de las contradicciones imperantes, el capitalismo era percibido como la fuente de los problemas y males que aquejaban a nuestras sociedades y se explicaba la injusticia como resultado de la explotación y de la imposición de los intereses de una minoría de la sociedad sobre los del resto. Por esta razón se percibía la dominación como esencialmente antidemocrática. De manera que si ser de izquierda suponía oponerse al statu quo, lograr una sociedad justa y democrática (para algunos, socialista) pasaba necesariamente por luchar contra la dominación y la explotación, y no sólo por mejoras en la aplicación de los derechos. De hecho, se percibía como inviable en el capitalismo la aplicación a cabalidad de la Carta Internacional de los Derechos del Hombre, así como el propio programa de la revolución francesa (el momento más climático y avanzado de la burguesía como clase revolucionaria): libertad, igualdad y fraternidad. La burguesía aparecía en este marco traicionando a sus propios valores y principios, una vez que se enseñoreaba entre sus motivaciones centrales la aspiración a obtener una creciente ganancia.
Hoy en día no falta quien considere la aspiración a ganar más como legítima y necesaria para impulsar el crecimiento económico y el “progreso”, incluso en las filas del “progresismo”. Por otra parte, hay quienes cuestionan la idea misma de “progreso” y encuentran en el crecimiento y la expansión del consumo que lo sustenta la fuente de uno de los mayores males que enfrenta la humanidad: el calentamiento global y el consecuente colapso ecológico [1]. En el FSM y en general en los ámbitos del progresismo mundial se debate si el leit motiv de las posturas progresistas no debería de ser el “ecologismo” que puede o no ser anticapitalista. De hecho, hay sectores del liberalismo serio que han puesto un gran énfasis en este aspecto, como Al Gore, el ex candidato a la presidencia de USA Estas manifestaciones de diferentes sectores de la academia, la política o la opinión pública en general han alimentado la percepción de que la línea demarcatoria entre izquierda y derecha se ha borrado y la distinción, para algunos, se ha tornado inútil para congregar esfuerzos en la sociedad civil orientados a encarar los problemas del medio ambiente, la pobreza, la defensa de los derechos humanos y la seguridad ciudadana, así como la consolidación de la democracia, que en la mayoría de los casos pasaría por un fortalecimiento de las instituciones. No siempre hay acuerdo, sin embargo, en que dicho fortalecimiento debería empoderar a la sociedad civil, como la vigilancia ciudadana, donde incluso hay discrepancia en torno al alcance de la rendición de cuentas y, al menos, en el ámbito de los sustentadores del statu quo, bastaría con hacer más transparente el desempeño del poder político, que muchas veces queda reducido al sector público y exonera o es complaciente con las responsabilidades del sector privado. En esta nueva cosmovisión de los conflictos, las clases sociales tienden a desempeñar un papel menos relevante, si todavía se les concediera alguno, de manera que el capital ya no es el centro en torno al cual se deslindan las posiciones progresistas, sino ámbitos tan variados que en este enfoque quedan inconexos[2]. De esta manera el movimiento progresista mundial que se congrega en los FSM ha encontrado dificultades para mantener los criterios de su unidad o para las alianzas entre movimientos diversos, corriendo el riesgo de volver a la dispersión de movimientos con motivaciones específicas o puntuales: ecologistas, feministas, defensores de los derechos humanos, defensores del derecho a la diversidad sexual, racial y cultural. Estos movimientos, sin embargo, expresan respuestas diversas a un fenómeno que caracteriza la dinámica de las relaciones internacionales y del funcionamiento de las sociedades en lo que se ha dado en denominar la posmodernidad.
La proliferación de guerras que siguió al fin de la Guerra Fría, el deseo incontenible de USA de ejercer una hegemonía sectaria y excluyente, los conflictos entre la potencias tradicionales, USA, la UE y Japón, y su menor capacidad para seguir ejerciendo como motor de la economía mundial y seguir satisfaciendo las necesidades de sus poblaciones y entre éstas y las potencias emergentes, especialmente China y Rusia, así como con las potencias regionales existentes o potenciales, son expresión de las dificultades del capitalismo para su reproducción: un excedente que resulta insuficiente para las expectativas de ganancia de las grandes corporaciones, lo que ha determinado que el mundo se estreche en cuanto mercado para tales expectativas, tanto porque la demanda se concentra cada vez más debido a la distribución regresiva del ingreso, aunque hay ricos con un poder adquisitivo multiplicado, como porque la degradación del medio ambiente compromete la disponibilidad de recursos para la producción y reproducción del sistema económico [3], lo que tiene importantes implicaciones en el orden social y en la propia forma de hacer política. La profundización de la llamada globalización ha venido acompañada de una paradoja: la mayor internacionalización ha desatado las aspiraciones nacionalistas que podrían ser contrarrestadas, aun cuando no desaparecieran, en un orden mundial multilateral y no unipolar como el que pretenden imponer las fracciones neoconservadoras de la oligarquía usamericana, que ha contado con la condescendencia, por decirlo de alguna manera, de las fracciones liberales de la clase política, aunque no siempre de la sociedad civil.
Esto es lo que hace más complejo al mundo actual, a lo que se suma el uso que el poder económico transnacional está haciendo de las mayores capacidades tecnológicas. De manera que si observamos cuidadosamente la fuente de los conflictos sociales, políticos y en la relación con la naturaleza lo que sobresale es la forma en que el capital pretende resolver la contradicción entre su necesidad de extraer mayores excedentes y los mecanismos de acumulación existentes.
Si en la percepción del poder económico dominante no hay suficiente para todos, el conflicto se resuelve concentrando la mayor porción posible de reservas de recursos y de acceso a los mercados, al menos en tanto no se colonice la luna o algún otro planeta para continuar con el “intercambio” de oro por espejitos. Y si esta disputa entre capitalistas que cuenta con el respaldo de sus respectivos Estados encuentra resistencias, éstas deberán ser arrasadas. No hay tiempo ni humor ni capacidad para la seducción que genere consensos amplios. Por esta razón los organismos multilaterales han sido puestos enteramente al servicio del capital transnacional y el orden jurídico internacional, en sí mismo cuestionable por su inequidad, es despreciado por los poderes globales.
En este entorno, ¿se podría defender los derechos humanos, las libertades individuales, el derecho de las naciones a la soberanía y la consecuente relación entre estados basada en el principio de la igualdad y el respeto mutuo, el medio ambiente, los derechos de las “minorías” (que en rigor no siempre pueden incluirse entre las libertades individuales), sin tener una postura definida ante los conflictos fundamentales que enfrentan a los seres humanos, ya sea como naciones, como sectores sociales, como agrupaciones de diversa índole, haciendo caso omiso de las implicaciones que tiene la hegemonía del capital para el ejercicio pleno de tales derechos?
Visto así, ser de izquierda pasa por una definición ante estos fenómenos. En los países en desarrollo, en rigor dominados, encarar los problemas de la humanidad implica, adicionalmente, encarar los retos que supone ser naciones subordinadas en un orden mundial injusto. Si ser de izquierda consiste como antes en adoptar una postura a favor de la democracia, la libertad y la justicia, y en consecuencia contraria a la injusticia y la dominación, esa determinación no puede soslayar la fuente de los problemas que aquejan a la humanidad y al planeta.
Por lo tanto, las preguntas que habría que hacerse son: ¿Alguien que no cuestiona el orden imperante podría ser de izquierda? ¿Se puede luchar por la justicia y la libertad sin cuestionar el orden imperante? ¿Se puede generar organizaciones para luchar por la justicia, la democracia y la libertad en la que sus miembros no se posicionen claramente y sin disimulos en torno a la fuente de los factores que generan la desigualdad, la miseria, la inequidad y la falta de libertad? Habría que observar lo que ocurre en USA, considerado por los liberales como la fuente de inspiración y el sustento de las libertades humanas en el marco de la Ley Patriótica y otras disposiciones legales que cercenan las libertades individuales, incluso en contra de la Constitución vigente, y en el marco de la paranoia antiterrorista azuzada por el gobierno con la complicidad de los medios de comunicación como cortina de humo para llevar a cabo una agenda de dominación global unilateral.
Pero la pregunta más importante es si alguien que no cuestiona el orden imperante, llámese de derecha o como plazca, podría sumar en la lucha por la libertad, la igualdad y la solidaridad humana. A lo mejor podemos encontrar personas que en un ámbito son claramente sustentadoras del orden vigente, pero están genuinamente preocupadas por la ecología o el hambre o la discriminación. El punto es si desde sus posiciones políticas y su postura ante los conflictos fundamentales podrán sumar a la lucha por un mundo mejor. En el mundo actual, en el que la polarización (pobreza-riqueza, dominadores-dominados, ganadores-perdedores) es el signo de los tiempos, no se puede pretender no definirse para sumarse a causas determinadas.
A lo mejor el desprestigio de la izquierda construido con un ímpetu digno de mejores causas con base en las divisiones, la descalificación artera, el sectarismo, la corrupción y el autoritarismo, quiera ser usado como justificación para no optar. Sin embargo, cabría preguntarse si esos vicios son exclusivos de la izquierda y más específicamente si la derecha no adolece de ellos. La construcción de una alternativa democrática y liberadora pasa necesariamente por la construcción de las organizaciones políticas que se comprometan con tales propósitos y ello requiere necesariamente la elaboración de un nuevo marco político y programático, de lo contrario seguiremos en un activismo movimientista como el que está paralizando al altermundismo en cuanto expresión de la lucha por Otro Mundo. Acometer estas tareas con consistencia y compromiso supone en primer término una definición precisa en lo político e ideológico. Si somos consecuentes con el compromiso de superar los vicios de la “vieja izquierda”, debemos sumarnos al esfuerzo por construir una “nueva izquierda” que responda a las expectativas populares y a la tarea de hacer de la democracia el escenario para el quehacer político y social.
Llegado a este punto a la pregunta original “¿puedo luchar para revertir la miseria, el hambre, la injusticia, el abandono, sin ser de izquierda?” se podría responder sí. Lo observamos en un sinnúmero de organizaciones sociales como las ONG u organizaciones comunitarias y religiosas en las que los impulsos humanitarios valores y apreciaciones éticas prevalecen sobre las convicciones políticas o la ideología. La pregunta “si ello me hace necesariamente de izquierda”, en cambio se responde negativamente, porque ser de izquierda es una opción política ante el sistema de dominación y no sólo ante sus implicaciones en la equidad, la justicia y la democracia. La distinción entre “progresistas” e “izquierdistas” radica precisamente en la disposición que nace de la mente, el corazón y las entrañas y da forma a nuestros valores para enfrentar al sistema como un todo o sencillamente acometer contra sus estragos. La pregunta que surge con esta constatación, por lo tanto, es ¿hasta qué punto están dispuestas a llegar las organizaciones políticas, las formaciones de la sociedad y los individuos en la lucha por la libertad, la justicia y la democracia?
Alguien preguntaba alguna vez al fragor de un debate sobre el anticapitalismo si se debería derrocar a ese sistema (el capitalismo) que ha traído el progreso y el desarrollo a la humanidad. Más allá de que esta forma de encarar las cosas pudiera ubicarse con mayor propiedad en el periodo formativo de lo que se ha dado en llamar modernidad, lo cierto es que encierra una posición ideológica que supone que las sociedades dependientes y atrasadas como la nuestra podrían alcanzar el desarrollo en el capitalismo, y que no cuestiona en absoluto la dominación de Estados poderosos económica y militarmente sobre Estados débiles y menos se cuestiona sobre las motivaciones de esa dominación ni el papel que hubiera desempeñado en el “progreso” y en el “desarrollo” de las naciones prósperas[4]. A lo mejor supone que esa “superioridad”, derivada de las razones que fueran, les otorga el derecho a imponerse al resto. Si así fuera, los neoconservadores usamericanos estarían actuando correctamente. Este enfoque entre sectores que se consideran a sí mismos progresistas resulta de haber eliminado de sus análisis conceptos como explotación, clases sociales o imperialismo; entre sus sectores con mayor iniciativa y protagonismo se suelen gestar propuestas para enfrentar la inequidad que no cuestionan sus orígenes sistémicos: la explotación y la dominación, o suponen que el orden imperante puede transformarse con buena voluntad y disposición política o con mejoras en la legislación, por eso sobrevaloran el papel de las instituciones y desdeñan o no atinan a observar lo que ocurre en las estructuras de las formaciones sociales, lo que caracteriza su esencia y las identifica.
Hay casos en los que las transiciones ideológicas hacia estas canteras están determinadas por el fracaso del llamado socialismo real, el autoritarismo y la formación de un nuevo bloque social dominante dentro del partido en el poder. Aturdidos y decepcionados al constatar que aquello en lo que creyeron era una falacia o una utopía irrealizable pierden de vista que ningún error, exceso, crimen o aberración que se hubiera cometido en el “socialismo real” absuelve al capitalismo de sus crímenes contra la humanidad y el planeta. Desde la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS las filas de la izquierda fueron conmocionadas con un profundo impacto psicológico, moral, emocional y político. Lejos de analizar qué pasó y en qué medida lo ocurrido era consecuencia directa, inmediata o necesaria del ideario socialista, abjuraron de sus convicciones y se retiraron de la actividad política o transitaron al campo antes considerado enemigo o buscaron alternativas como la llamada “Tercera Vía” y la socialdemocracia, variantes en general de un liberalismo más o menos radical en el mejor de los casos.
Hay una pregunta que es fundamental formularse a la hora de adoptar una postura política que pretende no ubicarse en la derecha ni en la izquierda: ¿puede la derecha impulsar un proyecto democratizador, incluyente, equitativo, justo que signifique una salida del atraso y rompa las cadenas de la dependencia? Si la respuesta es afirmativa, entonces no es preciso definirse de izquierda para luchar por la democracia, la justicia, la equidad y la preservación de nuestro hábitat natural. Sin embargo, son tan evidentes, aunque no tan obvias para algunos, las responsabilidades de los grupos económicos dominantes [5], que la sola duda parecería un intento de exculpación. Si en algo los neoliberales han sido incapaces de responder decorosamente a sus críticos es precisamente en la profundización de la desigualdad, lo que ha agotado el crédito político de la derecha, sustentadora natural de las políticas neoliberales, por la sencilla y elocuente casualidad de que están pensadas, diseñadas y ejecutadas para beneficio de las fracciones monopólicas del capital. La concentración del capital y el recurso exacerbado a políticas comerciales “no competitivas” son parte del proceso de ahondamiento de la desigualdad. En consecuencia, en América Latina tras la constatación del fracaso del Consenso de Washington se ha observado el arribo al gobierno por la vía electoral de regímenes que se reclaman de izquierda o al menos no se incomodan por ser considerados progresistas.
Junto al hundimiento ocasionado por el neoliberalismo se observa como respuesta ideológica de la derecha una estratagema disfrazada de discurso que pretende sepultar el conocimiento sociológico crítico prevaleciente con un solo concepto: globalización, “un Big Bang homologable a la teoría del origen del universo” [6]. El concepto globalización ha devenido en consigna -catalizada por una entelequia: el mercado- de la muy desprestigiada creencia del “fin de la historia”, que aspiró a ser fundamento de la revisión de las ciencias sociales, abandona hoy en día por su propio artífice: Francis Fukuyama. Esta es la ideología dominante de la decadencia de la civilización del capital transnacional.
De manera que la lógica “no soy de derecha”, pero “tampoco soy de izquierda” sólo tiene una solución posible: “soy de centro” y más vale asumirla en cuanto tal. Lo que no es razonable es la pretensión de querer hacer desaparecer la diferencia izquierda-derecha en aras de no optar. Peor aún, desde una postura “progresista” no se puede no ser antiderechista, puesto que ello supondría una postura sinuosa ante el neoliberalismo, aun cuando pudieran deprimirnos genuinamente sus implicaciones y consecuencias en el tejido social, el bienestar; supondría que no se repudia a quienes suprimen en los hechos el ejercicio efectivo de los derechos humanos, aunque se milite en la defensa de los principios en los que se sustentan las libertades democráticas, o a los que discriminan en la práctica, aunque se declare rechazar toda forma de exclusión. No rechazar a la derecha supone que luchar contra el capital transnacional no se asume como obligación moral, aunque alarmaran los estragos que provocan en el medio ambiente “determinadas prácticas empresariales” o el daño que causan la especulación o males endémicos como la esclavitud, el tráfico de personas, armas y drogas, la corrupción y la tortura, obviándose el papel de estas atrocidades en la generación de ganancias y la acumulación de capital. Se trata al capitalismo como si fuera ajeno a sus excrecencias o como si no tuviera relación con el auge y empoderamiento de las mafias internacionales. Se podría argumentar que las poderosas mafias rusas emergieron en el agonizante “socialismo real”, pero no se puede perder de vista que la regla sería que las civilizaciones o los sistemas decadentes se pudren cuando no se transforman. Esto es exactamente lo que vive el capitalismo del siglo XXI temprano, por lo tanto, el anticapitalismo no sólo es legítimo sino necesario para imaginar y construir alternativas.
La incapacidad para generar alternativas en la derecha se pretende disfrazar con manipulación mediática, y degradación de la conciencia y la moral de la sociedad con el objeto velado de trivializar la crítica y desarticular la organización de la sociedad y su resistencia. La manipulación es expresión de la incapacidad para generar consensos y regenerar la hegemonía (en el sentido gramsciano) que legitima la dominación. Cuando esta vía resulta insuficiente se recurre a la represión abierta y generalizada, es decir se atropellan los derechos humanos, las libertades básicas y al propio orden jurídico sobre el que se sustentan el statu quo y sus instituciones. Cuando el estado de derecho se torna desechable, la manipulación mediática y la represión son tanto más reiteradas y grotescas. Esta situación no surge por generación espontánea y no hace falta ser un cultor de teorías de la conspiración para constatar como se articula en tanto instrumento de dominación dentro y fuera de las instituciones. De manera que la crisis del parlamentarismo, la corrupción del sistema judicial, el imperio de los lobby en la gestación de acuerdos y “consensos” de minorías que buscan imponer sus designios y el autoritarismo son manifestaciones de la crisis de dominación. La necesidad de recurrir a la fuerza bruta para sustentar la dominación se observa de manera descarnada en las políticas expansionistas y guerreristas de USA. Desde la derrota de Vietnam a la derrota de Irak, el imperialismo usamericano sólo ha tenido un gran triunfo político: el colapso de la Unión Soviética y su bloque. Aun así, la llamada revolución conservadora que impulsó al neoliberalismo y la globalización acusa sus últimos estertores y está siendo sepultada al compás de terribles atrocidades: la barbarie sionista, la extensión de la guerra en el Medio Oriente, el Asia Central y el Cuerno de África por parte de las potencias occidentales, desastres naturales resultantes del calentamiento global, el retorno de la carrera armamentista, la proliferación de pandemias que diezman principalmente a las poblaciones localizadas en las regiones más pobres y abandonadas por la “gran civilización occidental”.
En la medida en que la derecha se radicaliza y las fracciones extremistas ganan terreno, ¿se puede no ser de derecha ni de izquierda? En la medida en que la articulación de una respuesta democrática con consenso social es una necesidad imperiosa y exige propuestas políticas precisas, así como generar las organizaciones que las pongan en práctica ¿se puede no ser de izquierda? Lamentablemente no es tan simple. La complejidad ha sido expuesta de manera brillante por Boaventura de Sousa Santos [7]: “Algunos, al considerar que no tienen que explicitar de qué lado están, han cesado de preocuparse de dicho interrogante y han criticado a aquellos que sí lo hacen; a otros quizá las generaciones más jóvenes de científicos sociales, les gustaría responder a esta pregunta y por tanto tomar partido al respecto, pero han constatado, en ocasiones con angustia, la aparente y creciente dificultad de identificar posiciones alternativas concretas frente a las cuales sería imperativo escoger de qué lado se está. Ellos también son los más afectados por el problema que aquí constituye mi punto de partida: ¿por qué, si hay mucho para criticar –tal vez más que nunca antes–, resulta tan difícil construir una teoría crítica?”.
Varios temas surgen inmediatamente de esta reflexión de Santos:
El problema de la tolerancia
El problema del posmodernismo
¿Puede la izquierda ser liberal?
¿Es la izquierda necesariamente revolucionaria?
¿En qué consiste el socialismo? ¿Hay un socialismo del siglo XXI?
Temas que constituyen en sí mismos una agenda para la reflexión y la discusión tendiente a consolidar una propuesta consistente de izquierda.
Notas
[1] Véase Hamilton, Olive. El fetiche del crecimiento. Ed. Laetoli, España, 2006
[2] Las llamadas políticas de identidad, políticas culturales o particularismos militantes. Ver Eric Hobsbawn, “La izquierda y la política de la identidad”, New Left Review edición en español No. 0. Zigmunt Bauman ha advertido sin embargo, que no se debería subestimar el hecho de que estos temas hallan sido politizados en la posmodernidad. Ver Ética posmoderna. Siglo XXI, Argentina, 2004.
[3] Véase Immanuel Wallerstein, “¿Globalización o era de transición?”, en Eseconomía, Nueva Época, No. 1, otoño 2002.
[4] Sobre la discusión del desarrollo y las implicaciones del desarrollo de las naciones avanzadas para las naciones atrasadas puede consultarse Ha-Joon Chang, Retirar la escalera, Ed. Catarata, Madrid, 2004; Gilbert Rist, El desarrollo: historia de una creencia occidental, Ed. Catarata, Madrid, 2002; Gilbert Dupas, O mito do progreso, Editora Inesp, Sao Paulo, 2006; G. Arrighi, A Ilusão do desenvolvimento, Editora Vozes, Petrópolis, 1998; José Luis Fiori, “Formação, expansão e limites do poder global”, en O poder Americano, Editora Vozes, Petrópolis, 2005; “Introdução: De volta à questão da riqueza de algumas nações” y “Estados, moedas e desenvolvimento”, en Estados, moedas e desenvolvimento das nações, Editora Vozes, Petrópolis, 2000.
[5] El capital más propiamente, aunque hay quienes prefieren usar un concepto que aparenta ser anodino y neutral, inscrito en la “corrección política”: “empresarios”, porque pretenden desclasar la propiedad. A partir de la formación de un nuevo sector de propietarios emergidos en el ámbito de la informalidad se ha pretendido implicar que la propiedad no supone o ha dejado de expresar una relación social. Si bien se puede constatar el ascenso de estos sectores, provenientes en algunos casos de las clases trabajadoras a la “clase media”, ello no ha significado una reducción de la pobreza (hay pobres más pobres, pobres que antes no lo eran y más pobres en general) ni mayor equidad.
[6] Marcos Roitman-Roseman, “La involución de la derecha latinoamericana”. la Jornada, 11 de febrero de 2007.
[7] Véase El milenio huérfano. Ensayos para una nueva cultura política. Ed. Trotta, España, 2005. Pág. 101.
Noticia asimismo aparecida en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=2729&lg=esFernando Sánchez Cuadros es economista, nació en Perú y reside en la Ciudad de México. Se declara inconforme crónico.
Publicado por La Gran Campaña en 10:12 AM 0 comentarios

HUGO CHAVEZ... EJEMPLO PARA LATINOAMERICA

En el blog REVOLUCIONES nos presentan un buen artículo como siempre.

lunes, mayo 21, 2007

Desde Venezuela Chávez da un golpazo a TV Azteca y Televisa

lunes, 21 de mayo de 2007
La nacionalización de RCTV
El autor de este articulo tuvo el infortunio de ver uno de los spots que ha lanzado TV Azteca contra de la decisión del gobierno de Chávez de Expropiar RCTV. RCTV es una famosa televisora Venezolana. El spot de esta televisora esta lleno de calumnias hacia al movimiento Bolivariano, de hecho en este spot se compara al movimiento Bolivariano con el priismo y en particular a Chávez se le compara con Echeverría.
Estos señores nos quieren dar a entender que Chávez y Echeverría son "iguales" puesto que no permiten la "libertad de expresión" en los medios ya que "no permiten ser ide eso, se valoran y clasifican las distintas tendencias según cualquier indicio exterior y secundario; lo más a menudo, según su actitud frente a tal o cual principio abstracto, que para el clasificador dado tiene un valor profesional muy particular. Así, para el papa romano, los francmasones, los darwinistas, los marxistas y los anarquistas son gemelos, puesto que todos por igual niegan sacrílegamente la Inmaculada Concepción. Para Hitler, liberalismo y marxismo son gemelos, puesto que ignoran "la sangre y el honor". Para los demócratas son el fascismo y el bolchevismo los gemelos, puesto que no se inclinan ante el sufragio universal. Etc., etc...
"El lector habrá notado que la cita es muy larga, pero esta tan llena de verdad que por mas que buscamos acortar las palabras del viejo Trotsky no pudimos y es por ello que dejamos integras sus palabras. TV Azteca comete de manera intencional exactamente el mismo error que cometían aquellos a los que critica Trotsky arriba. TV Azteca no toma en cuenta las clases sociales que permitieron a Echeverría permanecer en el poder, por supuesto que tampoco hacen esto con Chávez porque es aquí donde se encuentra la gran diferencia. Echeverría era sostenido por la burguesia nacional e internacional, mientras que Chávez es sostenido por el proletariado moderno. Para TV Azteca ambos son lo mismo puesto que ambos "no permiten ser criticados" en televisión. Echeverría y Chávez son tan antagónicos como el blanco y el negro. Chávez defiende a los trabajadores de los ataques de la burguesia y actúa siempre de manera consecuente, a tal grado que esta expropiando esta cadena televisiva para impedir que esta televisora siga propagando mentiras y llamando abiertamente a apoyar la contrarrevolución, de hecho, la cadena RCTV apoyo de manera férrea el Golpe de Estado de 2002, por esto, el gobierno venezolano anunció que no se le renovará a la empresa el derecho a transmitir su programación usando los espacios radioeléctricos públicos de señal abierta. Ahora la cadena televisiva RCTV al mando de Chávez lanzará a la televisión programas que ayuden al fortalecimiento de la revolución Bolivariana. "El presidente venezolano, Hugo Chávez, sostuvo hoy aquí que "no se está cerrando ningún medio, al contrario, se está abriendo a los ciudadanos", al defender una vez más su decisión de no renovar la concesión a la televisora privada Radio Caracas Televisión (RCTV), cuya licencia expira el próximo 27 de mayo"
"En su lugar operará un nuevo canal con capital público, que se llamará TEVES; emitirá material producido por el Ministerio de Cultura y comenzará a transmitir el día 28, inmediatamente después de que RCTV finalice sus transmisiones, según un decreto aprobado hoy" (la jornada diario 15 de mayo 2007)
Desde luego no faltan los "trabajadores de la empresa" que apoyan a la televisora contra de esta medida, pero esta gente realmente no son trabajadores. Son los mismos reporteros y empleados con sueldos de miles de dólares los que están contra de esta medida porque saben que en la nueva televisora no tendrán estos jugosos salarios. Claro que tenían que dar la lucha contra esto porque nunca, pero nunca una clase social abandona sus privilegios de clase sin antes luchar. De hecho estos señores no son más que peones en el juego de ajedrez de la gran burguesia dueña de RCTV contra la revolución Bolivariana.
Absolutamente ocurre todo lo contrario con Echeverría, este señor utilizaba los medios de comunicación para inyectar a los trabajadores las ideas de la clase dominante, absolutamente todo lo contrario a Chávez. De hecho todos los grandes capitalistas eran quienes daban ordenes a Echeverría, en particular el dueño de televisa en aquel entonces, así que nunca jamás estas personas iban a permitir que se les atacara desde televisión. Sería completamente absurdo ver que en televisa sacaran programas en los que se les atacara a Azcarraga Milmo, quien era el dueño en aquel entonces de Televisa.
La industria televisiva no produce mercancías en físico, lo que hace es vender tiempo en televisión a los demás capitalistas para que anuncien sus productos y que se den a conocer estos en el mercado. De esta manera parte de la plusvalía de los trabajadores industriales sirve para pagar a las televisoras el anuncio del producto que están promoviendo. De esta manera queda demostrado que Azcarraga y Salinas Pliego viven y se enriquecen gracias al trabajo del proletariado nacional e internacional porque en las televisoras se anuncian también artículos que no necesariamente provienen de México. Es por ello que a estos señores les afectan las expropiaciones y tomas de fábrica de los trabajadores en cualquier parte del mundo. Por eso estas personas no aceptan ningún tipo de nacionalización en cualquier rama de la producción
¿Qué actitud debe tomar el presidente Legitimo hacia Televisa y TV Azteca?
Es muy simple, debe de seguir el ejemplo de Hugo Chávez. Debe expropiar estas televisoras y ponerlas al servicio de los trabajadores, en lugar de poner programas sin contenido y llenos de vulgaridades deberá poner programas culturales, pero mas importante es que en los medios puestos bajo su control llame a los trabajadores de otros lados no solo del país sino del mundo a expropiar a sus patrones, aporque solo de esta manera pueden ser extendidas todas las conquistas de la revolución. Además esta consigna no es nueva. Durante la lucha contra el fraude era muy popular entre las masas la consigna vamos a tomar Televisa es por ello que si López Obrador es consecuente con su punto de vista democrático debe escuchar a su pueblo y hacer lo que este le mandata y si este le mandata tomar televisa el debe acatarlo. Esto es exactamente lo mismo que Chávez esta haciendo en Venezuela.
En este momento AMLO no se encuentra administrando el gobierno pero es posible que sea derrocado Calderón siempre y cuando el se ponga al frente concientemente de esta lucha con el propósito de derrocar a Calderón. Pero en el momento que el tome la posesión del poder el deberá atender a todo lo antes escrito.
La ley Televisa: todo lo contrario a la política chavista de expropiaciones
En los 17 años de periódico Militante hemos explicado que los capitalistas que producen una misma mercancía compiten entre ellos mismo para dar mas barato una mercancía, pero hemos dicho que esa mercancía solo la pueden dar mas barato a consecuencia de que produzcan mas rápido y para producir mas rápido necesitan renovar constantemente las maquinas por mas modernas pero esto lo pueden lograr solamente los capitalistas mas grandes del ramo, así estos dan mas barata su mercancía y debido a la ley de la oferta y la demanda su mercancía se vende mas dándoles mas ganancias y de esta manera crecen a tal grado que empiezan a absorber a la competencia. De esta manera el capitalista se va quedando solo y al mismo tiempo se va enriqueciendo más a medida de que va absorbiendo a los demás. A esto es a lo que le llaman volverse un monopolio. Cuando se va formando un monopolio la competencia empieza a desaparecer y con ella la necesidad del capitalista por producir más rápido y de buena calidad, puesto que ya no tiene con quien competir. De esta manera sus mercancías se vuelven mas caras e inútiles.
Pues bien la ley Televisa sirve para formar un monopolio, a TV Azteca también le favorece esta ley porque con esta tiene garantizado que la única competencia que tendrá es la de Televisa. Por eso estas compañías están súper interesadas en echar a andar esta ley que lo que hace es impedir a otros capitalistas es tener medios electrónicos de comunicación. Así todo capitalista que quiera anunciar sus productos por televisión o radio tendrá que pagarle a Televisa o TV Azteca. Esto no es lo único, Televisa y TV Azteca también usan el medio televisivo para dañar la imagen de su competencia. Por todo lo anterior vemos sectores de la burguesia en contra de la ley Televisa no porque no quieran hacer monopolios sino que se oponen a este monopolio porque ellos se verán afectados por este.
A los trabajadores les afectará esta ley porque si de por si la programación de la televisión es mala ahora será mucho peor ya que no tendrán una razón para esforzarse para hacerla mejor puesto que la competencia ya no existe y los trabajadores no tendrán otra cosa que ver mas que lo que estos monopolios nos quieran hacer ver.
La única solución a este problema es la expropiación a Televisa y TV Azteca sin indemnización tal y como lo hizo Chávez en RCTV, ahora la programación será cultural y de contenido y lo mas importante es que las masas tendrán acceso a este medio no solo viendo los programas de esta televisora, también podrán participar en producirlos.
Los trabajadores Venezolanos les están dando una lección muy importante a sus hermanos del mundo. Debemos nacionalizar las televisoras si lo que queremos es cambiar la programación de estas y evitar que la ponzoña de la clase dominante sigua invadiendo nuestros hogares cada vez que encendemos nuestro televisor.
La libertad de prensa
El viejo Trotsky durante la guerra civil que enfrento la Unión Soviética en contra de 21 ejércitos tuvo que enfrentar a críticos de la burguesia que defendían la "libertad de prensa", lo que realmente quería toda esta gente era usar los medios de comunicación para organizar la contrarrevolución a partir de ellos en nombre de esta libertad de prensa. Es por ello que Trotsky se vio obligado a no permitir que estos medios de comunicación se siguieran difundiendo. ¡Exactamente lo mismo esta ocurriendo en Venezuela! Hugo Chávez esta siendo consecuente con la revolución al cerrar la televisora que fue culpable de organizar el golpe de estado fallido en el año 2002. Precisamente Trotsky se defiende de uno de estos intelectuales pequeño burgueses como Karl Kautsky en su libro Terrorismo y Comunismo. Kautsky llamaba a la libertad de prensa con el propósito de organizar la contrarrevolución en Rusia. Podríamos hacer un resumen de esta parte del libro pero creemos que es mejor que el lector lea por si mismo la respuesta de Trotsky a este señor. Así que dejamos al lector con la respuesta de Trotsky en su libro Terrorismo y comunismo.

Fuente: Militante
Publicado por ::: Sam VII ::: a las 10:00 PM
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COMENTO YO:
Es claro que Hugo Chávez nos sigue dando lecciones de NACIONALISMO, y sobre todo a los que dicen que aman a México y lo siguen regalando a los EXTRANJEROS.
Se acusa en los medios de comunicación que se dicen mexicanos, de que están atentando contra la libertad de prensa, pero tergiversan la vrdad, ya que una concesión es perecedera al igual que los contratos de arrendamiento, y las dos partes tienen todo el derecho de no renovar la concesión o el contrato.
Mencionado lo anterior, solo me queda decir que, la radio y la tv supuestamente mexicanas, se están curando en salud por su mala calidad y debido a que al quitar la ley televisa, perderían muchos privilegios adquiridos, pero jamás ganados,

DEL MAIZ AL TRIGO

El trigo, en grave peligro

Este grano, que alimenta a miles de millones de personas, se encuentra amenazado por una nueva cepa de roya que podría destruir los cultivos

El Universal
Lunes 21 de mayo de 2007
Una nueva cepa de hongos altamente destructiva que ataca el trigo


continúa evolucionando y tiene, según especialistas de la Sociedad Americana de Fitopatología y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), potencial para devastar la producción mundial de este cereal de gran importancia alimentaria.
El hongo, conocido como Ug99, causante de una enfermedad llamada roya del tallo del trigo (Puccinia graminis) se descubrió en Uganda en 1999 (de ahí su denominación) y en este momento ya se ha esparcido hacia Kenia, Etiopía y Yemen.
Según la FAO, tomando como base las rutas que utiliza la langosta del desierto, no se excluye la posibilidad de que los vientos transporten la espora de la Ug99 desde Yemen hacia el norte, a lo largo del mar Rojo y se cree que tiene potencial para llegar a Egipto, Sudán, Paquistán, Turquía, China, India e incluso al continente americano.
David Marshall, experto estadounidense en enfermedades del trigo, dijo que "esta nueva cepa podría atacar una gran cantidad de variedades de trigo en muchos países y vencer incluso a todas las variedades resistentes a la roya que existen en el mundo".
Por su parte, Norman Borlaug, premio Nobel de la Paz en 1970 y considerado por muchos como el "padre de la agricultura moderna", declaró en la revista New Scientist que la cepa Ug99, clasificada por los especialistas como altamente virulenta, "implica una amenaza de hambre para miles de millones de personas".
Asimismo, indicó que el consumo mundial de trigo en los últimos seis años se ha mantenido por encima de la producción, por lo que no sólo los precios van en aumento, sino que las reservas de este grano han alcanzado un mínimo histórico desde 1972. Cabe recordar que la roya del trigo fue descubierta en 1954, año en que devastó 40% de los cultivos estadounidenses, país considerado el segundo productor de este cereal en el mundo.
En ese entonces, los científicos desarrollaron una variedad de la planta con resistencia genética para la enfermedad, que contribuyó enormemente a su conservación; sin embargo, no consiguió eliminar el problema, que ahora se magnifica dado que las esporas de la cepa Ug99 son transportadas mayoritariamente por el viento, a través de grandes distancias, e incluso de manera intercontinental.
"La producción mundial de trigo podría estar en peligro si la roya se extiende a los principales países productores. El hongo tiene potencial de causar una epidemia en los cultivos a nivel mundial, con pérdidas en las cosechas por varios miles de millones de dólares. Ello podría llevar al incremento de los precios del trigo y a escasez a nivel local y regional. Los países en desarrollo que dependen del trigo y no tienen acceso a las variedades resistentes serán particularmente vulnerables", dijo Jacques Diouf, director general de la FAO. El organismo internacional emitió una alerta en los países afectados para que incrementen la vigilancia de la enfermedad, particularmente en Yemen.
Entre las principales medidas de control que deben aplicarse se cuenta la introducción de variedades de trigo más resistentes, así como la reducción de las fechas de plantación, para romper el ciclo de la enfermedad.
Los resultados de estudios realizados por científicos del Centro de Investigación Agrícola de Njoro, en Kenia, dependiente del Centro Internacional para la Mejora del Maíz y el Trigo (CIMMYT), son alarmantes, pues reportan que más de 85% de los trigos muestra, incluidas variedades de importantes regiones productoras del mundo, sucumbieron ante el ataque del Ug99.
Incluso algunas variedades que apenas hace un año mostraron ser resistentes a esta roya ahora presentaron cierto grado de susceptibilidad a la misma.
Njoro es una zona de Kenia donde la forma virulenta del hongo es endémica. Es por ello que en los últimos tres años los científicos la han utilizado para exponer al trigo a la enfermedad a fin de determinar qué variedades son susceptibles y, lo más importante, para buscar alguna que no lo sea.
En ese sentido, desde marzo de 2006 se sembraron y expusieron al Ug99 más de 11 mil tipos diferentes de trigo, incluidos sus variedades silvestres, provenientes de todo el mundo.
A la fecha todavía se están analizando los resultados; sin embargo, al parecer, cuando menos uno de los genes que eran más resistentes a la roya y que habían protegido a muchas variedades de trigo de distintas regiones durante décadas, ha dejado de ser eficaz contra esta nueva cepa.
De continuar así las cosas será necesario "encontrar alguna forma de reemplazar todo el trigo en el mundo", dijo Rick Ward, coordinador de la Iniciativa Mundial de la Roya.
"La buena noticia es que algunas muestras en Njoro resistieron al hongo. Eso nos proporciona un buen comienzo", afirmó Ravi Singh, investigador del CIMMYT. (Sociedad Americana de Fitopatología, FAO, CIMMYT y Sagarpa)

COMENTO YO:
El maiz ha sufrido el hongo federal y empreserial. Pero ahra se está extendiendo al trigo.
Debemos estar atentos al precio del TRIGO.

POBRE SOBERANES

Nota de La Jornada

Carlos Beas Torres

La debacle de la CNDH

En el último año han ocurrido en diferentes lugares del país una serie de hechos que han implicado muy graves violaciones a los derechos humanos de cientos de mexicanos. De estos agravios ha conocido la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), asumiendo ante ellos una posición sumamente cuestionable, la cual la ha llevado a tales niveles de descrédito que algunos sectores sociales están solicitando e incluso exigiendo ya la dimisión de su titular, el doctor José Luis Soberanes Fernández.
Si bien es cierto que en el caso de Atenco la CNDH emitió una recomendación que reconocía las graves violaciones a los derechos humanos y sugería castigo para los responsables, bastó que las autoridades relacionadas con los atropellos se negaran a acatar la mencionada recomendación para que se le diera a ésta el carpetazo y con ello se dejaran impunes la muerte de dos jóvenes y la agresión sexual y maltratos a decenas de detenidos.
En ese mismo asunto, las autoridades señaladas como responsables de los atropellos, en este caso el gobierno del estado de México, investidas de impunidad, promovieron de manera abierta y en un acto de venganza una condena excesiva y desproporcionada en contra de los dirigentes rebeldes de Atenco.
En relación al conflicto que ha sacudido a Oaxaca y a pesar de la gran cantidad de evidencias existentes, la CNDH emitió sólo un informe especial, en el cual se constatan numerosas y graves violaciones a los derechos humanos. Este informe no hace señalamientos directos de responsabilidad y por lo tanto no emite una recomendación. Con esta posición ambigua, vaga y tardía solamente se ha garantizado impunidad a los responsables del asesinato de por lo menos 26 oaxaqueños, y de la detención arbitraria, las golpizas y las torturas en contra de cientos de ciudadanos inermes.
Si bien en los casos anteriores es manifiesta la debilidad con la que actúa la CNDH, será muy diferente su actuación en el caso de la señora Ernestina Ascensión, la anciana nahua muerta en la sierra de Zongolica, donde con una premura sospechosa y una energía inusual, la CNDH exculpó de responsabilidad a los presuntos autores de los hechos, descalificando actuaciones y evidencias de violación obtenidas por las autoridades competentes. Aquí la comisión actuó más para reforzar la posición del presidente Calderón, salvaguardando el nombre del Ejército, que para defender los derechos de la víctima.
La posición de la CNDH en el caso de doña Ernestina forzó al Ministerio Público a cerrar el caso, echando por tierra de manera aberrante e ilegal las primeras diligencias. Con esta actuación la CNDH no sólo suplantó a la instancia legalmente obligada a investigar los hechos de violencia, sino que al obstaculizar la procuración de justicia dejó impune el ataque que le costó la vida a la anciana nahua y que abre la puerta a nuevas agresiones, que lamentablemente ya han ocurrido.
Apenas hace unos días acaba de ser encontrado el cadáver de la señora Adelaida Amayo Aguas, una conocida comunicadora nahua de la sierra de Zongolica, la cual fue asesinada a puñaladas. Sobre este nuevo hecho de violencia las autoridades del estado de Veracruz han guardado un sospechoso mutismo, esperando tal vez que la CNDH dictamine que la señora Amayo "murió a causa de una enfermedad crónica".
Ahora, ante la generalizada y pública violencia con la que han actuado las fuerzas militares en el estado de Michoacán, la CNDH ha tenido que tomar una posición que aparenta energía, cuando reconoce que existen por lo menos 52 quejas promovidas por ciudadanos en contra de los excesos con los que han actuado los militares en la guerra contra el narco. Dentro de esas quejas se reconoce también que en por lo menos cuatro casos hay evidencias de graves abusos sexuales cometidos por soldados. En este caso parece ser que el titular de la CNDH quiere recobrar con declaraciones la credibilidad que ha perdido en los hechos.
Ante esta situación es preocupante la existencia de una CNDH débil y sometida a los designios de un gobierno que, como el de Felipe Calderón, en pocos meses ha enviado ya numerosas señales de desprecio a los derechos ciudadanos y de querer dar una respuesta represiva a las protestas sociales.
La creciente militarización del país, con los riesgos e ilegalidad que ello conlleva, así como la criminalización de la lucha ciudadana, están conduciendo al país a una ruta de colisión; ya que la derecha gobernante está dispuesta a violar derechos con tal de brindar a los inversionistas extranjeros condiciones de gobernabilidad que les den seguridad.
La fascistización de México, con los militares en la calle y con las cárceles atiborradas de presos políticos, es el imperio de la ley sin justicia que nos anuncia el régimen de Felipe Calderón. Ante ello se requiere de un ombudsman que sea realmente un defensor del pueblo ante los atropellos del poder. El doctor Soberanes debe considerarlo y los mexicanos también.

COMENTO YO:
La CNDH y particularmente José Luís Soberanes, por us opiniones y displicencia en los casos de Atenco y Oaxaca, y ostensiblemente su venta en el caso de la señora indígena Ernestina en Veracruz, ha decepcionado y/o traicinado al pueblo de México.

Los sollozos de la noche . . .

OTRA COLABORACIÓN:

En veces a la distancia descubro a mis sollozos sonriéndole a mi desvelo, los descubro observándome cuando duermo y en ellos reflejo el inconciente de las preocupaciones que se van agudizando. Al mirarme despierto, descubro cual tan ansiosos han trancurrido los días y las noches esperando encontrar el reparo y el descanso que me permitan observar mejor a mis realiadades. Descubro como han caminado los segundos entre las grandes avenidas en donde el reflejo de tu sonrisa sorprende a mi paciencia, descubro mi semblante palidecido y frío, me descubro ausente, entre los matorrales de las imagenes que aún recuerdo como constantes, que van delineando el cuerpo arquitectónicamente construido. Miro pasar al tiempo y con él a tu sonrisa, cuando me dice al oido que no basta recordar, me comenta que en cada paso se van dejando resquicios de ilusiones compartidas y de sonrisas dedicadas, me susurra al oido sus emociones, tristezas y alegrías que se fueron construyendo al paso y en el camino. Como extraño el ansia por verte, la emoción por encontrarte, la ilusión por mirarme en tus ojos . . . descubrirme presente, vivo, intensamente emocionado por saber que existes en Mi . . .
como extraño el saber que estoy vivo.

Desde algún lugar del universo intergaláctico
MIguel A. Jauregui M.