2007/04/11

Tu le creiste al IFE y al TRIFE?

En La Jornada leemos:

En tela de juicio, el sistema electoral de México, dice Giovanni Sartori

  • Normal, la "reacción social" tras los comicios presidenciales JOSE GALAN
  • Pese a fuertes cimientos, el país está todavía consolidando su democracia, opina
    Duda Giovanni Sartori sobre proceder de instituciones electorales mexicanas

JOSE GALAN
El maestro en ciencia política Giovanni Sartori expresó ayer sus dudas sobre el conteo de los votos y la actuación de los órganos electorales mexicanos en los pasados comicios presidenciales. Ello, dijo, dio lugar a la "reacción social" y a la del candidato que no resultó electo, pero también sostuvo que la democracia mexicana, aun cuando tiene fuertes cimientos, está en pleno proceso de consolidación.
El politólogo, quien participó en una mesa redonda en su honor -realizada en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIJ-UNAM)-, consideró que si bien la democracia tiene imperfecciones y fallos que es preciso corregir, representa el mejor sistema político, debido al ingrediente de representatividad que supone, frente a sistemas políticos autoritarios o dictatoriales.
En la mesa redonda Retos de la democracia. Un diálogo con Giovanni Sartori, participaron también Enrique González Pedrero; el abogado general de la UNAM, Jorge Islas; la comisionada del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, María Marván, y los académicos Leonardo Curzio, Claudia Leticia Ortega, Alfredo Salazar y Jesús Silva-Herzog Márquez.
Ante una multitud de estudiantes, académicos y políticos -entre ellos Manuel Bartlett Díaz y Jorge Carpizo McGregor-, que abarrotaron los cuatro auditorios del instituto, pasillos y áreas comunes, y en el contexto de las celebraciones por la entrega, hoy jueves, del doctorado honoris causa que le ha otorgado la UNAM, Sartori hizo un repaso de su obra de análisis político sobre México y la era del partido hegemónico, que no de Estado, porque, explicó, "esos son partidos dictatoriales y el PRI no lo fue".
Sostuvo que cuando resultó electo un presidente no priísta "todo se colapsó, aunque de una forma amable, pues todo el mecanismo estaba basado en una simbiosis entre un presidente fuerte con un partido igualmente fuerte, en un sistema en el que ambos tomaban decisiones. El cambio fue el final de ese esquema".
Más adelante consideró que gracias a la iniciativa priísta de abrir espacios a otros partidos y aflojar los controles políticos en ciertas áreas, incluyendo partidos satélite con suficiente espacio para hacerse escuchar, México vivió "una de las transiciones más trascendentales" en el año 2000 y abrió el camino a lo que ahora algunos no dudan en calificar de alternancia. De igual forma, aclaró que el régimen priísta no era dictatorial, sino un sistema hegemónico con un mecanismo de balance rotatorio.
Explicó: "ese sistema político no era dictatorial, porque el jefe del Ejecutivo se retiraba de manera espontánea cada seis años. No es una dictadura por definición". Los dictadores, recalcó, jamás se retiran, "mueren en su cama dentro del poder y con el poder en la mano". Así, sin presidente, el Revolucionario Institucional quedó "decapitado", al tiempo que el mandatario sin el PRI "también estaba decapitado".

COMENTO YO:

Cada día que pasa, se le está dando la razón al Presidente Legítimo ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, cuando ha dicho "AL DIABLO CON SUS INSTITUCIONES".

En este momento han quedado al descubierto las INSTITUCIONES siguientes:

IFE, TRIFE, PGR, SEDENA Y LA PRESIDENCIA.

Entre Zongolica y Acapulco


Marcela Gómez Zalce escribe en MILENIO



• Contradicciones e impunidad
• Cuando aparece la duda...

El poder, mi estimado, nunca es perseverante cuando hay impunidad y es ilimitado.

Discursos. Palabras. Mentiras. Simulaciones. De eso está atiborrada la arenga oficial de este régimen a más de 120 días de haber iniciado, donde la cifra de ejecuciones se eleva —al cierre de este irreverente espacio— a más de 850. O sea, un promedio de entre seis y siete diarias. En otras palabras, México vive una guerra al contrario de lo declarado por el procurador (con minúsculas) Medina Mora desde España, en el marco del coloquio Derechos humanos y seguridad jurídica en Iberoamérica, donde afirmó que la irrupción inusitada de violencia desatada es “un momento crítico” en los territorios dominados por las mafias del narcotráfico, cuando la realidad devela que el país transita en el filo de la violencia y el peligro.

Y ante el escalofriante panorama las autoridades federales, estatales y municipales sólo atinan a escupir y balbucear pendejadas que llenan los espacios mediáticos y que son más de lo mismo. Más de lo mismo y que hemos escuchado en estos últimos y aciagos años donde el crimen organizado hace y deshace con absoluta impunidad y complicidad gubernamental.

Para colmos, my friend, la profesión del periodismo se vuelve una de las más peligrosas sin que el Estado mexicano pueda defender la integridad de sus comunicadores. Ejemplos en la mercería oficial sobran.

El delicado asesinato en Acapulco, Guerrero, del corresponsal de Televisa, Amado Ramírez, originó que el gobierno de Felipe Calderón desde Bucareli dedicara, ¡tres días después! –hay que recordar que el inquilino de Los Pinos se encontraba de vacaciones, atareado y preocupadísimo andando en bicicleta por las calles de Cancún–, unas líneas escuetas condenando enérgicamente la violencia contra representantes de los medios de comunicación. Chingón. Tres días después. Ya para qué hablar de la inexistencia de la fiscalía whatever para proteger los derechos de los periodistas encabezada por whomever. Simulaciones, mi estimado, hipocresía gubernamental.

Y en el epicentro de sangre la estupidez de un gobierno como el de Zeferino Torreblanca y su caterva de funcionarios corruptos.

Y en este original clima de zozobra (inexistente en el ánimo de Los Pinos), el régimen calderonista se hace bolas contradiciéndose en el caso de la muy extraña muerte de Ernestina Ascencio Rosario. Cuidado.

A un mes de los hechos ocurridos en Zongolica, Veracruz, donde presuntamente están involucrados miembros de nuestro Ejército mexicano, las versiones, con el correr de las semanas, en lugar de ser más claras y concretas, sólo han demostrado fragilidad en una investigación atiborrada de oscuras irregularidades, falsedades, manipulación de evidencias y, peor aún, donde la credibilidad de varias instituciones —CNDH, Sedena y el gobierno de Fidel Herrera— estén en el epicentro grave de la duda.

Y si esto le parece poca cosa, mi estimado, corre la lastimosa versión en los pasillos del poder que José Luis Soberanes anda entusiasmado por un asiento en el Poder Judicial y que hubo arreglón al más alto nivel alrededor de este espinoso caso.

Si le agrega la rápida afirmación, fuera de lugar y sin pregunta de por medio en una entrevista a La Jornada del doctor, perdón, señor, Calderón Hinojosa sobre la causa de la muerte de la anciana, una “gastritis crónica”, la cadena de indecorosas idioteces vertidas alrededor de este asunto son por demás escandalosas, desvergonzadas y frívolas sentando con ello un grotesco símbolo de este polémico gobierno.

Porque todo esto no son sólo asuntos aislados, sino pareciera ser la estrategia en la tónica gubernamental escogida por ¿el Gymboree? para enfrentar los cuestionamientos de una opinión pública que parece cerrar filas en su percepción de casos muy específicos más allá de curiosas simpatías.

Porque si de convencer se trata, Los Pinos anda errando el camino. Y van de mal en peor. Y además, my friend, asumirán los altísimos costos. Al tiempo.

Por la Mirilla

Y para fundamentar el pesimismo, hace unos días se cumplieron cinco meses del asesinato del periodista Misael Tamayo Hernández, director del diario Despertar de la Costa, en Zihuatanejo, Guerrero, sin que, como de costumbre, se haya detenido a los responsables. ¿Cuántos más, mi estimado, necesita Felipe Calderón... cuántos?