2008/01/08

PAN de/o para MUERTOS

Nos envía un colaborador del Blog el siguiente correo:

Enviado el: Martes, 08 de Enero de 2008 02:57 p.m.
Para: tenochtitlan piramide laluna
CC: varios

Asunto: RE: PAN de/o para MUERTOS

No solo fecal toma a lo cañon, vean a estos hipócritas de torreón, del prian.

En pleno aquelarre. ( ver con cuidado, contiene escenas no aptas para cardiacos, darle clic al play del video y allí esta el tomandate, perdón, comandante de la policía y sus lugartenientes de seguridad )

http://senderodelpeje.blogspot.com/search/label/video

Seguramente alegaran que fue un video editado o mandado a hacer por la kgb, el peje, o la cia para desacreditarlos ante los ojos de los mexicanos.

Saludos


De: tenochtitlan piramide laluna [mailto:olmecax@prodigy.net.mx]
Enviado el: Domingo, 29 de Octubre de 2006 08:32 p.m.
Para: olmecax@prodigy.net.mx
Asunto: PAN de/o para MUERTOS

ALGÚN MEXICANO PENSANTE Y/O DEMOCRÁTICO PUEDE ESPERAR ALGO DEL GOBIERNO DE FELIPE DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CALDERÓN VINO-JOSA. (Obviamente, estás enterado de su gran problema de alcoholismo, documentado incluso internacionalmente).


Embuste presidencial

En vísperas de las celebraciones por el Día de la Independencia, el vocero presidencial Rubén Aguilar justificó el traslado de la ceremonia oficial a Guanajuato: simpatizantes de López Obrador pretendían desatar la violencia en el Zócalo de la Ciudad de México. Los Pinos y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) aseguran que no existe ningún documento oficial en el cual se reporte que organizaciones radicales hayan intentado provocar violencia en el Zócalo de la Ciudad de México la noche del 15 de septiembre, publica Proceso en su edición de este domingo 29 de octubre.

Las oficinas de enlace de ambas instancias desmintieron al vocero de la Presidencia, Rubén Aguilar, quien en su conferencia matutina del 14 de septiembre habló sobre ese supuesto plan, elaborado por organizaciones incrustadas en la extinta coalición Por el Bien de Todos.

En respuesta a una solicitud de acceso a la información presentada por Proceso, la Unidad de Enlace de Presidencia señaló que no existe ningún archivo alusivo a ese incidente en las gavetas ni en las computadoras de su sistema, salvo las versiones estenográficas de las ruedas de prensa del 14 y 18 de septiembre pasados. Nada más.

Por separado, el Cisen confirmó que no existe ningún documento sobre un presunto plan de ataque a la población por grupos ligados a Andrés Manuel López Obrador durante la ceremonia del Grito de Independencia.

En su respuesta al correspondiente requerimiento de información, la Unidad de Enlace del Cisen explicó que buscó exhaustivamente en su acervo, pero no encontró ningún archivo que contuviera tal reporte, asegura el reportaje que aparece este domingo 29 de octubre en el número 1565 de Proceso.


Icacos: ¡viva la fiesta!

“El tiempo se agota. Y el pasado no perdona. Si tuviesen conciencia, los Fox y los Sahagún, con todas sus ramificaciones familiares y amistosas, tendrían que ver con preocupación el porvenir inmediato”, dice el nuevo libro de la periodista Anabel Hernández Fin de fiesta en Los Pinos, al cual se refiere Proceso en su edición de este domingo 29 de octubre.

“Poco a poco se sabe y se sabrá más de sus fechorías, aunque no se sabe que. Quién sabe si el sucesor estará en capacidad de ejercer la justicia…” dice el texto.

Del capítulo IV, titulado “Las bacanales de la familia presidencial”, que describe tanto las fiestas como su escenario insólito: las casas militares de la Base Naval de Icacos, en Acapulco, Guerrero, Proceso adelanta fragmentos sustanciales en su edición 1565 que circula a partir de este domingo 29 de octubre.


Carstens, deslinde necesario…carlos acosta córdova

México, D.F., 26 de octubre (apro).- La incorporación de Agustín Carstens como coordinador del programa económico del presidente electo, Felipe Calderón, ha hecho correr ríos de tinta en medios impresos y ha ocupado grandes espacios en radio, televisión e internet. En el balance, han sido más las opiniones favorables que las voces que se manifiestan en contra.

Una y otra posiciones, sin embargo, como han sido de botepronto –algunas inclusive precipitadas--, carecen de un sustento sólido, y es natural, pues no hay nada en lo dicho por el, sin duda, próximo secretario de Hacienda, que dé certeza sobre lo que realmente va a hacer el nuevo gobierno en materia económica.

Las opiniones a favor de Carstens remiten a sus credenciales académicas sobresalientes y a su paso por la administración pública: licenciado por el ITAM, maestro y doctor por la Universidad de Chicago, y un paso notoriamente vertiginoso y ascendente por el Banco de México, de casi 20 años, y uno mucho más breve como subsecretario de Hacienda en el actual gobierno. No hay que olvidar, por supuesto, sus cargos en el Fondo Monetario Internacional (FMI), primero como director ejecutivo y, después, como subdirector gerente, que lo convirtió en uno de los segundos de a bordo del jefe máximo del organismo internacional.

Dichas prendas, además de su disposición y habilidad para negociar con legisladores, son suficientes --a decir de quienes celebran la llegada de Carstens, incluida la Iglesia-- para garantizar una política económica sin cambios drásticos, de estabilidad macroeconómica, de tranquilidad en los mercados y confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros.

En el otro extremo, el arribo de Agustín Carstens es sinónimo de “más de lo mismo”: de énfasis en la macroeconomía y desprecio por la microeconomía; de más atención a las variables macro y desdén por los rezagos sociales; de continuar con los privilegios para unos cuántos y de hacer destino de vida, la penuria, el cinturón apretado, para los más.

Dicen los críticos: ¿Qué más puede esperarse de un tecnócrata consumado, para colmo exfuncionario del FMI y egresado de la Universidad de Chicago? La sola mención de ambas instituciones –sugiere la interpretación de quienes están en contra-- remite a lo peor: por un lado, las condiciones draconianas y los ajustes dramáticos que históricamente ha impuesto el organismo para apoyar con algunos centavos a las economías subsdesarrolladas. Por el otro, sobreviene el fantasma de los chicago boys, émulos de Milton Friedman, apóstoles de los ajustes económicos drásticos, de la reducción del gasto fiscal, de la mínima intervención del Estado en la economía y de la preeminencia “del mercado”, de los agentes económicos privados, en la configuración del destino económico del país.

Me parece que una y otra posiciones, aunque válidas y necesarias para el debate público, son aventuradas. Ni sus prendas académicas y laborales garantizan una economía sin sobresaltos ni sorpresas, ni puede descalificarse a Carstens por su origen académico y su reciente trabajo en el Fondo Monetario Internacional.

Hay mucho camino por andar. Primero deben conocerse los planteamientos concretos de políticas públicas en materia económica. Luego, la manera en que éstas deberán sortear un camino endiabladamente tortuoso –un Congreso sin mayoría; poderosos intereses económicos y políticos operando para sí; crecientes presiones sociales, capaces de abortar cualquier decisión gubernamental, entre otros-- para llegar a buen puerto. La prueba de fuego estará en la confección del presupuesto y la política de ingresos para el año próximo. Su orientación y sus prioridades develarán, y sólo entonces, la verdadera concepción económica de Carstens y del nuevo gobierno, lo que realmente propone para el país, lo que pretende hacer para, a ver si ahora sí, cumplir lo que tanto se prometió en campaña.

Porque declaraciones de Carstens ha habido a pasto y no puede definirse a partir de ellas un rumbo cierto para el país, no sólo en los aspectos económicos sino, lo que más urge, en los sociales: no puede el país seguir naufragando en la terrible inequidad existente.

Y digo que las declaraciones a veces no sirven para gran cosa, porque un día Carstens dice que no habrá “más de lo mismo”, pero insiste en que la presencia del Estado en la economía debe estar acotada y que se debe dejar jugar más libremente a la iniciativa privada. ¿Cómo garantizar que no se repitan experiencias fatales como la reprivatización bancaria o la concesión de servicios carreteros a particulares? Otro día sugiere que hay que acabar con los monopolios, y cualquiera se pregunta cómo hará ceder a Telmex o a Televisa, por señalar dos de los más visibles. También ha criticado al sistema bancario por su pírrica aportación a las actividades productivas, pero no adelanta cómo enfrentará la voracidad de los bancos, acostumbrados a las ganancias fáciles.

Además de ello, Carstens deberá hacer algunos deslindes necesarios. ¿Cómo quitarle al público la idea de que llega también para “cuidarle las espaldas” a Gil Díaz, quien lo promovió y destapó como su posible sucesor desde principios de año? ¿Cómo explicará que él, Carstens, haya sido el que, en el papel, autorizó finalmente la operación de venta de Banamex a Citigroup a través de la Bolsa de Valores para no pagar impuestos? ¿Qué cuentas dará del cabildeo y las intensas negociaciones –al final, fallidas-- con el Congreso, para que aprobara la reforma fiscal original propuesta por Fox, en la que se incluia el IVA a alimentos y medicinas?

No sólo eso. También tendrá que definirse ante el cochinero que deja Gil Díaz en las aduanas, los negocios oscuros de ISOSA y otros fideicomisos.

A Carstens hay que darle el beneficio de la duda respecto de su desempeño futuro como secretario de Hacienda, pero también hay que exigirle definiciones, como ésas, para bien de la salud pública.

Comentarios: cgacosta@proceso.com.mx

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