2007/03/07

Desde algún lugar del universo intergaláctico

NOS LO ENVÍA UN GRAN AMIGO

¿Cuántas lunas dejamos pasar antes de intentar acomodar
tanta sensibilidad argumentando la necesidad de olvidar,
de olvidarnos de algo, de casi todo y de casi nadie?,
¿Cuántas lunas dejamos pasar antes de negarnos firmemente
a seguir olvidando eso a lo que tanto le sonreímos,
a lo que tanto le suspiramos, en lo que tanto creímos?,
¿Cuántas penas y malas noches nos pudimos
haber evitado si no hubiesemos querido olvidar?,
¿por qué olvidar, por qué obligarnos a hacerlo? . . .
si el presente es la continuidad de lo que somos y
en lo que nos convertiremos.
¿No a caso, el olvidar es arrancar de nosotros
una pieza que fundamentó también lo que somos y lo que seremos? . . . ¿Entonces por qué dilapidarnos el alma tratando lo inconseguible,
por qué olvidar? . . .
¿Por qué negarnos a sentir lo que aún exíste
distinto porque diferente, por qué evitarnos,
si solo así somos en medio de lo que decidimos ser y estar?
Entre más nos negamos, más nos afirmamos como sentido propio.
¿Para qué olvidar entonces? . . .
si duele, si lastima, es porque queremos olvidar.
¿Para qué hacerlo?

Desde algún lugar del universo intergaláctico
MIguel A. Jauregui M.

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